Descubre con nosotros las razones  y sensaciones de liberación de estrés a través de esta expresión creativa.

1. Es una actividad que nos mantiene en el presente.

Dedicarle tiempo al proceso creativo de una receta, nos motiva a estar en el aquí y en el ahora. 

Hornear involucra todos tus sentidos, es poner atención a cada detalle, cantidades de ingredientes, leer los pasos de la receta, seguirla adecuadamente, tomar tiempos, probar mezclas ¡entre muchas cosas más! Es por eso que requiere de toda tu atención en el presente. 

No hay duda que la repostería atrae y lleva a la mente hacia algo positivo, y terapéutico. 

2. Es una oportunidad para aprender nuevas habilidades, experimentar y ser creativo

Experimentar con diferentes ingredientes, añadir, eliminar y darle nuestro toque personal. ¡Dejar volar nuestra imaginación y crear por el gusto de crear! No importa si el resultado no es lo que deseamos, siempre podemos seguir intentándolo. 

3. Por los aromas, texturas y sabores

¿Te ha sucedido que al oler algo te transporta a tu niñez? Algún recuerdo feliz viene a tu mente, llenándonos de nostalgia, calma y el efecto que ocasiona puede llegar a ser muy placentero. 

4. Por la sensación de logro al completar con éxito una receta.

Hornear puede llegar a darnos cierto control: un procedimiento específico, duración en el horno, las cantidades precisas ¡todo un proceso que resultará en tranquilidad!  

5. El gusto de compartir recetas con los nuestros

Crear un postre desde el corazón es dedicarle tiempo, amor, dedicación. Esperando que el resultado final sea de agrado para la familia, clientes y amigos.

Es un dulce resultado que se comparte y aún más importante que se puede transmitir de generaciones en generaciones. 

Nosotros lo sabemos muy bien, ya que a través de los últimos 75 años hemos compartido el sabor, las recetas y los recuerdos que se convierten en momentos inolvidables.