¿Habías escuchado anteriormente de la mantequilla de avellana o brown butter? Este ingrediente básico en repostería, ahora ligeramente modificado, le da un sabor especial a los postres y ahora te explicaremos por qué. 

El sabor que adquiere la mantequilla al ser cocinada es excepcional. Dicho nombre se debe al sabor que desprende al ser derretida y dorada poco a poco, sobre fuego suave, dándole ese toque a avellanas y frutos secos, pero hay que tener mucho cuidado ya que puede quemarse en el menor descuido y terminará siendo inservible. 

Se puede hacer en un sartén a fuego medio-bajo y a medida que la mantequilla adquiere temperatura, va separando la proteína de la grasa. Los sólidos que permanecen en la parte superior deben retirarse utilizando una cuchara o una espumadera. 

Se continúa cocinando hasta que se aprecie un tono dorado o tostado, sin dejar que se vuelva oscura. Hay que dejar que desprenda su delicioso y característico aroma antes de apagar el fuego. Puede ser utilizada en diferentes recetas como aderezo de carnes y pescados, para darle un sabor excepcional a las pastas y sobre todo en repostería: en tartas, pasteles, galletas y demás. 

Puedes agregarle un chorrito de Vainilla Molina a tu brown butter, conservar en un recipiente y utilizar sobre waffles, pancakes, pan tostado o crepas. ¡Disfruta al máximo esta versión de brown butter!